La peor noticia se hizo oír hace un momento: nuestro querido Gabriel García Márquez falleció en México, a los 87 años, tras unos días de convalecencia.
Como es de conocimiento público, días atrás había sido internado por una infección pulmonar, y luego dado de alta, pero se sabía que su estado de salud era extremadamente delicado.
Había nacido en Aracataca (Colombia), el 6 de marzo de 1927, y en su larga carrera literaria nos dejó varias de las obras más memorables de latinoamérica: Cien años de soledad (Descargar aquí), El amor en los tiempos del cólera, Crónica de una muerte anunciada, Relato de un náufrago (descargar aquí), El coronel no tiene quien le escriba, Doce cuentos peregrinos, Los funerales de la Mamá Grande… y un largo etcétera que de algún modo es la herencia que ha dejado a la humanidad.
Gabo llevó a su punto más alto ese tipo de literatura que hoy se conoce con la etiqueta de Realismo Mágico, y que no es otra cosa que una hermosa mezcla entre la creatividad, lo fantástico y la exuberancia paisajística americana.
En lo particular, aprendí a querer a Gabo a través de sus libros, porque soy de los que piensan que quien escribe un libro con la sensibilidad de Cien años de soledad es necesariamente una buena persona, un buen amigo. Al irse nos ha dejado MIL años de soledad. Y de tristeza.
Descansa en paz, querido Gabo.
"Las letras universales están de luto"